Las muñecas nos han acompañado desde los inicios de la humanidad, y han ido adquiriendo diversas formas a través de cada una de las culturas de cada pueblo, ciudad, etnia, tribu…
Recibirlas, es hallar una compañera de viaje, un objeto de apego, alguien con quien compartir vivencias de forma natural.
Cuando descubrí las muñecas Waldorf, encontré una fuente de inspiración en ellas, una forma de iniciar un proyecto y querer crecer con él.
Si nos fijamos, la relación que se establece va más allá de un simple juego, se crea una forma de vida.
¡Porque jugar es aprender, es descubrir el mundo!
Las muñecas son un gran catalizador de las experiencias del niño y a través de su compañía podremos observar la gran cantidad de beneficios que les aportan.
Cuando el poder de imitación se acentúa , vemos como repiten escenas cotidianas con su compañera de viaje. ¡Es enternecedor! ¿Verdad?
Os quiero presentar la muñeca abrazable que las tías de David han querido regalarle:
¡Dos añitos cumple!
Dulce y sencilla, combinada en tonos azules y grisáceos con su gorro de crochet.
Es una etapa en la que comienzan a ser más conscientes de su cuerpo, por ello marcamos algo más las extremidades y le damos esponjosidad gracias a su relleno.
¿Qué os parecen los petos? ¡A mi me encantan! Así que tenía que confeccionarlo para ella.

Pero para gustos… ¡Los colores!
Lo bonito de personalizar, es la posibilidad de poder crear.

¡Felicidades pequeño! Disfruta de su compañía
¡Me encantaría leer vuestros comentarios! ¿Me contáis algo?
Espero que os haya gustado
¡Un gran abrazo!
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